En España, solemos pensar que seguimos una dieta saludable y equilibrada, pero un análisis detallado de nuestros hábitos de alimentación revela inconsistencias entre lo que creemos y lo que realmente comemos.
Un reciente informe titulado ‘Hábitos de alimentación de los españoles’, elaborado por la marca de kiwis Zespri, arroja luz sobre cómo hemos cambiado nuestras rutinas alimenticias y lo lejos que estamos de alcanzar un modelo verdaderamente sano.
El estudio, realizado con una muestra de 2.000 personas de entre 18 y 65 años de toda España, muestra que un 64% de los encuestados cree que lleva una dieta «buena o bastante saludable».
Las mujeres destacan por estar más interesadas en informarse sobre temas de nutrición y, en general, parecen llevar una alimentación más equilibrada que los hombres, lo que refleja un esfuerzo consciente por mejorar sus hábitos.
¿Qué hacemos bien?
Uno de los principales aciertos de los españoles es la importancia que damos a los productos frescos. Según el estudio, el 72% de los encuestados afirma consumir productos frescos diariamente.
Dentro de este grupo, destacan especialmente las personas mayores de 25 años y, nuevamente, las mujeres. En la cesta de la compra predominan frutas y verduras, seguidas de pasta, arroz, huevos, y lácteos.
Entre las regiones que más priorizan estos productos frescos, los andaluces y catalanes sobresalen, mientras que los madrileños parecen no darles tanta prioridad.
Otro aspecto positivo de la encuesta es la popularización del batch cooking, es decir, la planificación de menús semanales o mensuales.
Este hábito, practicado por el 48% de los encuestados, permite a muchas familias organizar mejor su alimentación y evitar caer en comidas menos saludables.
Una vez más, son mayormente las mujeres quienes destacan en esta práctica, asegurando que sus familias consuman alimentos frescos y preparados en casa con mayor regularidad.
¿Qué debemos mejorar?
A pesar de la tendencia hacia una alimentación más equilibrada, persisten algunos hábitos poco saludables.
El 56% de los encuestados admite consumir alimentos ultraprocesados de manera habitual, lo que contradice la percepción de que «se come bien».
Además, el 61% reconoce consumir bollería industrial con frecuencia, y 3 de cada 5 personas lo hacen diariamente, lo que supone una ingesta alarmante de azúcares y grasas poco saludables.
Los snacks salados también forman parte del día a día de los españoles: 7 de cada 10 consumen este tipo de productos todas las semanas, siendo uno de los grupos de ultraprocesados más populares en la dieta actual.
Esta dependencia de los ultraprocesados indica que, a pesar de los esfuerzos por mejorar la dieta, aún falta mucha concienciación sobre los efectos negativos de estos alimentos en la salud.
El desayuno como un hábito positivo
Otro aspecto en el que los españoles parecen destacar es en la importancia que se le da al desayuno.
El 75% de los encuestados afirma desayunar cada día, lo que es positivo teniendo en cuenta que esta es una de las comidas más importantes del día.
En muchas regiones de España, los desayunos típicos son equilibrados y saludables, basados en productos como el pan integral, aceite de oliva, frutas, y lácteos, lo que ayuda a iniciar el día con energía sin depender de productos ultraprocesados.
Reflexiones finales
El informe refleja que, si bien los españoles valoramos una dieta equilibrada, aún hay un largo camino por recorrer.
Aunque hemos logrado ciertos avances, como el aumento del consumo de productos frescos y la planificación de menús, la presencia de alimentos ultraprocesados en la dieta diaria sigue siendo un problema importante.
Combatir esta tendencia requiere más educación alimentaria y una mayor conciencia sobre el impacto de estos productos en la salud a largo plazo.
Una dieta equilibrada no solo implica comer frutas y verduras, sino también reducir el consumo de alimentos altamente procesados y adoptar hábitos más conscientes y saludables en cada comida del día.