El pollo al ajillo al horno es una receta clásica de la cocina española, conocida por su sencillez y el intenso sabor que aporta el ajo, convirtiéndolo en una opción perfecta para una comida familiar o una cena especial.
Contenido
¿Cómo hacer pollo al ajillo?
Preparar pollo al ajillo al horno implica marinar el pollo con ajo, vino blanco y hierbas frescas, seguido de un horneado que resalta todos los sabores.
Información nutricional
Cada ración de pollo al ajillo contiene aproximadamente 380 kcal, 35 g de proteínas, 20 g de grasas (6 g grasas saturadas), 90 mg de colesterol, 3 g de carbohidratos, 1 g de azúcares, 250 mg de sodio.
Receta de pollo al ajillo casero
Preparación: 15 minutos
Cocción: 40 minutos
Raciones: 4 personas
Ingredientes
- 1 pollo entero troceado
- 10 dientes de ajo
- 300 ml de vino blanco
- 50 ml de aceite de oliva
- 2 ramas de romero fresco
- 1 limón
- Sal
- Pimienta
Preparación
- Precalentar el horno a 180°C (350°F). En un bol grande, mezclar el pollo con sal, pimienta, el jugo de limón y el vino blanco. Dejar marinar durante al menos 15 minutos.
- En una sartén grande, calentar el aceite de oliva a fuego medio-alto y dorar los trozos de pollo por ambos lados hasta que estén dorados. Retirar del fuego.
- En la misma sartén, añadir los ajos machacados y saltearlos hasta que estén dorados. Colocar los trozos de pollo en una bandeja para hornear y distribuir los ajos dorados por encima.
- Agregar las ramas de romero y rociar con un poco más de vino blanco si se desea. Hornear durante 30 a 40 minutos, girando los trozos de pollo a la mitad del tiempo para asegurar un dorado uniforme. Retirar del horno y dejar reposar unos minutos antes de servir.
Historia y origen
El pollo al ajillo tiene sus raíces en la cocina tradicional española, donde el ajo es un ingrediente fundamental. Su popularidad ha cruzado fronteras, adaptándose a diferentes culturas culinarias, pero siempre manteniendo su esencia: la combinación del pollo tierno con el intenso sabor del ajo.
¿Sabías que?
El «ajillo» no solo se utiliza para preparar pollo; esta técnica también se aplica a otros ingredientes como mariscos, setas e incluso verduras, lo que demuestra la versatilidad del ajo en la cocina mediterránea.